No quería dejar la oportunidad de escribir en este mes del amor sobre esos “amores” que dejamos en nuestros viajes, no es por presumir pero he dejado más de un par de corazones rotos por algunos lugares por donde he viajado, ellos querían que funcione y yo lo tomaba como un amor de viaje y punto y como es de esperarse una vez se voltio la torta y me tuvo que tocar a mi…
En febrero se celebra la Fiesta de la Virgen de la Candelaria en la ciudad de Puno, esta fiesta es increíble en todos los sentidos, los bailes son coloridos, las delegaciones practican todo el año para lucirse ante la mamita, la gran devoción de todos los que bailan horas y horas bajo la lluvia, frio y a veces granizo es de admirar
Hace 3 años tuve vacaciones en febrero y una amiga me dijo: Eli, ¿Somos Candelaria? Y dije ¿por qué no? Así que en la fecha de Carnavales (Es una vez al año y es una fecha cambiante) fuimos con 4 amigas más a Puno, era la primera vez que visitaba esa ciudad y no sé si fue por que tomamos mucho la verdad no sentí frío pero luego que volví otro año me congelé, así que como recomendación siempre abrigados!!
Nos quedamos en un Hotel cerca al parque Pino, y fuimos al pasacalle tomamos muchas fotos con los bailarines y la pasamos más que bien. Nunca he tenido problemas por estar sola y mucho menos viajar así y cuando mis amigas me dijeron para ir a Cusco les dije que no, ya que no conocía Puno y quería visitar. Contraté unos tours y me mude a mi habitación simple (para una persona) ese día mientras mis amigas tomaban el bus a Cusco, yo tomé el bus hacia Sillustani, este complejo arqueológico destaca por sus gigantescas «chullpas» (especies de torres de piedra), edificadas por collas e incas, para enterrar a sus muertos. Algunas a medio caer, otras de pie como torres de ajedrez resistiendo el paso del tiempo… Tienen una vista maravillosa ya que al frente está la laguna Umayo. Muchas de ellas superan los 12 metros de altura y tienen un mayor diámetro en la parte superior que en la base. Todo un reto para nuestros antepasados. Es un destino obligado. (La foto de este post es )
El carro que nos llevaba paraba en los diferentes hoteles para recogernos paró en uno donde subieron un grupo de limeños (se les reconoce al toque porque hablan raro, soy de Arequipa y de seguro dirán ustedes que nosotros hablamos raro pero soy de allí así que lo raro son otros :P) me senté en un asiento de dos y el último chico no alcanzó a sentarse con sus amigos atrás del bus y tuvo que sentar a mi lado, tenía una casaca roja y azul y unos ojos hermosos. Lo miré y no le hable (que roche) solo dije – Qué sueño! En voz alta (porque el día anterior bailamos hasta la madrugada) esperando que me diga yo también o algo y comenzar a hablar pero solo me miró y se acomodó para dormir. ¿Qué se habrá creído este limeño? Pensé dentro de mí, así que hice lo mismo y dormí. Llegamos al lugar y luego de la explicación el guía nos dio un tiempo para fotos, cuando viajas sola es complicado tomarte fotos panorámicas y tienes que estar pidiendo a alguien amable del grupo que te tome una, y por tomarme fotos, y selfies llegué tarde al punto de encuentro. Era la última y el guía luego de ponerme cara de enojado subí al bus y le pedí permiso para pasar porque mi asiento era el de la ventana, Juan (lo llamaré así ahora pero obviamente no es su nombre real) me dice- ¿No tienes reloj? , no supe que contestar y solo atiné a decir torpemente: – es que se me pasó la hora…- ¡qué espeso ese chico! Pero de pronto me sonríe y entendí que sólo fue una broma, empezamos a conversar y como es cuando lo pasas bien el tiempo pasó volando y en lo mejor el guía dice- Elizbeth estamos cerca a tu hotel, no olvides nada. Dentro de mí , mil preguntas pasaban por mi cabeza ¿Por qué mi hotel era de los primeros? ¿Por qué no me pide mi número? ¿Le pido el suyo? ¿Lo volveré a ver? ¿Le habré gustado? Y es que no les dije que Juan estaba muy muy muy guapo…
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